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PRESENTACION DE MI LIBRO EN LA "SOCIEDAD EL SITIO" DE BILBAO

Posted on viernes, 26 de octubre de 2012 by Beatriz Rato




El próximo martes, día 30 de octubre, presento mi libro "Juzgue Usted" en Bilbao, invitada por la Sociedad El Sitio. El acto tendrá lugar en el Hotel Indautxu a las 19.30 horas y será presentado por Dª Mª Dolores Azpiazu, Presidenta de la Sociedad y D. Alfredo Juez, Vicepresidente de la misma.
 
La Sociedad El Sitio de Bilbao fue fundada en el año 1875 y ha sido en su larga trayectoria un histórico foro del liberalismo vasco y tribuna de grandes oradores y de las figuras más relavantes de la vida pública y política. Por lo expuesto, cuando me invitaron a presentar en ella mi humilde libro, me sentí tremendamente honrada, pues el prestigio, renombre y categoría de esta institución me parecen excesivos para una aprendiz de plumilla como yo.
 
Esta Sociedad tiene, además, desde su fundación, un carácter plural, tolerante y democrático. Espero estar a la altura de tan honorable asociación y que nuestra presentación resulte interesante y amena al público asistente.
 
Os dejo a continuación el enlace para acceder a la página web de la Sociedad El Sitio, así como una invitación al acto mencionado.

Quedáis invitados todos.

Mi público agradecimiento a la Sociedad El Sitio. Será una presentación inolvidable para mí.



http://sociedadelsitio.blogspot.com.es/2012/10/juzgue-usted-anecdotas-judiciales.html


Juzgue usted (Anécdotas judiciales)
Presentación del libro con el mismo título de Dª Beatriz Rato, Oficial de Justicia. El acto tendrá lugar el martes 30 de octubre de 2012 a las 19:30 en el Hotel Silken Indautxu de Bilbao y estará presentado por Mª Dolores Azpiazu Canivell, Presidenta de la Sociedad El Sitio, y Alfredo Juez, Vicepresidente de El Sitio.
 

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EQUINOCCIO DE PRIMAVERA EN TIEMPOS DE LOS ÍBEROS

Posted on domingo, 25 de marzo de 2012 by Beatriz Rato





De vez en cuando noticias como ésta nos muestran la dimensión real del presente: éste, el nuestro, es un tiempo de la Historia como cualquier otro, que pasará, que se recordará por sus hechos y peculiaridades dentro de un siglo o cuando sea, pero nada más.
Nuestra sociedad, la que vivimos, pese a su narcisismo engolado y vanidoso, es una de tantas. Así es, sencillamente.
Viene esto a cuento porque esta semana pasada, el martes 20 de marzo, en la localidad de Puente Tablas, muy cerca de Jaén capital, unos arqueólogos de la Universidad vivían impacientes un momento único: aguardaban con máxima expectación el instante exacto de la salida del sol ese día de equinoccio de primavera.
Las excavaciones arqueológicas realizadas en los restos recientemente hallados de un antiguo templo íbero habían dejado al descubierto una puerta. Lo maravilloso del asunto es que el primer rayo del sol del día 20 ó 21 de marzo debería penetrar a través de ella, recorrer 15 metros y alumbrar desde la cabeza hasta los pies la rudimentaria figura que representaba a una diosa.
Y así fue. Y en pleno siglo XXI se observó lo que durante siglos y siglos estuvo oculto, enterrado, olvidado como si jamás hubiera sucedido. Y la luz  iluminó a esta deidad durante media hora aproximadamente cayendo sobre ella de nuevo las sombras después hasta el siguiente amanecer del próximo equinoccio…
Es una noticia apasionante, incluso conmovedora, diría yo… Y supone tantas cosas...
Esa puerta y ese templo datan del siglo IV antes de Cristo… y sirven para constatar que antes de la romanización ya existía en territorio peninsular, en una cultura tan elemental en apariencia como la íbera, un sentimiento religioso y mágico tan arraigado, y unos conocimientos de construcción, astronomía, geometría y topología tan amplios como para conseguir efectos tan sutiles como esta entrada del sol a través de un punto concreto, su recorrido de 15 largos metros y su función de iluminación y sentido de adoración a una diosa en un ritual de fecundidad que incluía sacrificios de cerdas preñadas, según los restos hallados en el lugar.
Es bien sabido que ya en época prehistórica la existencia de los seres humanos había adquirido un sentido sobrenatural y espiritual, pero constatar y recordar de vez en cuando que así era supone para este hombre occidental, apurado y pomposo, un sano ejercicio que le sitúa, pese a su arrogancia, en su justa trascendencia. 
Por eso conviene volver la vista atrás y reflexionar cuando conocemos noticias como ésta. Quizá si nos observamos en perspectiva histórica o incluso física cesemos de sobrevalorarnos y percibamos nuestra magnitud real: no somos mucho más que unos seres insignificantes y eventuales, tremendamente efímeros...
 

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