"Tres pájaros de cuenta" (Editorial Minón) es una obra de Miguel Delibes ilustrada por Luis de Horna. Por su sencillez y por narrar tres historias de tres pájaros (el cuco, la grajilla y el cárabo) parece un libro infantil, pero tiene gran interés para cualquier lector.
Aunque los verdaderos protagonistas son estas aves, no es un libro de cuentos ni de relatos inventados, sino que se trata de historias auténticas vividas por el autor y su familia con pájaros de cada uno de los tipos indicados.
Esta obra está escrita en el año 1982 y cuenta el gran autor, con la precisión y categoría de su sencillo lenguaje, hechos reales vividos por él y sus hijos en el ambiente familiar de su refugio en Sedano, en la sierra de Valladolid. Su relación con estos tres pájaros y el desenlace final de cada historia sirve para describir su morfología, su carácter y su relación de mayor o menor apego a la especie humana.
Me ha servido la lectura de este libro para ponerme en contacto una vez más con la portentosa Naturaleza, para echarle un vistazo desde mi vida quizá demasiado urbana y recordar lo asombroso de la vida de los animales a poco que fijemos la atención sobre ellos, por humildes que parezcan.
Por otra parte, la lectura de este libro me la propuso mi hijo pequeño, Ismael, de casi diez años y deseo que esta entrada en este insignificante blog sirva para mostrar públicamente mi enorme y sincero agradecimiento a su tutor, don Javier Castaño, profesor del C.P. "Río Piles"", de Gijón. Ante el interés de mi hijo por el tema, le prestó este libro y yo aproveché para instruirme y disfrutar de su placentera lectura.
Lamento que don Javier no continúe el próximo curso en la vida de mi hijo, aunque creo que ha conseguido dejar en el niño una impronta difícil de borrar de su personalidad en el futuro. Este enorme profesional ha sido una gran influencia (me consta que no sólo para Ismael sino para todos sus compañeros de clase) al proporcionarle no sólo conocimientos, sino vivencias, gusto por la experimentación de las cosas, interés por descubrir, por informarse, por averiguar... Ha prendido en el niño la llama del interés por aprender y asimilar lo aprendido, en el sentido más clásico y etimológico de este término.
Quisiera elogiar la profesionalidad, la disposición y el loable entusiasmo de un soberbio docente (a mi me gusta más la palabra MAESTRO... conlleva en sí misma tantos matices importantes...).
Gracias por todo, don Javier... y enhorabuena a sus próximos alumnos, porque este maestro es oro molido...
